Con poco más de diez años de vida, Instagram se ha convertido en una de las redes sociales más populares de todo el mundo, contando con más de mil millones de usuarios activos al mes. La gran mayoría de las personas que tienen entre 18 y 34 años de edad tienen presencia en esta red social, además de que cada vez hay personas menores de esa edad que también tienen presencia en esta red social.
En gran parte, muchas personas que utilizan Instagram tienen trabajo, pero otras muchas están buscando incorporarse al mercado laboral. En este sentido es importante tener en cuenta que la plataforma es una gran herramienta para todas aquellas personas que quieren obtener una mayor visibilidad y captar la atención de posibles personas que se puedan encontrar interesadas en su contratación.
Aunque para algunos puestos de trabajo en particular pueda no encajar de la mejor forma posible, sí es un lugar perfecto para darse a conocer en entornos de diseño, ilustración, creatividad, marketing, arquitectura, social media, fotografía…, es decir, trabajos que tienen un componente de creatividad y en los que un perfil bien cuidado y preparado puede ayudar mucho a la hora de encontrar un nuevo trabajo.
El gran problema en este sentido llega cuando el perfil de una persona incluye algunos aspectos personales que son delicados desde el punto de vista de esas empresas que se encuentran buscando nuevos talentos que incorporar a su plantilla. Hablamos de la llamada huella digital.
La huella digital es el «rastro» que cada persona dejamos en las plataformas digitales a diario y que podría tener una influencia clave a la hora de encontrar un trabajo, sobre todo si el candidato decide compartir su cuenta de redes sociales en su solicitud de empleo o en su currículum vitae. Si decides compartir tu perfil, debes saber que una imagen en un contexto inapropiado, un «me gusta» incorrectamente dado o haber hecho un posteo no adecuado, puede suponer que estés dando signos de comportamiento contrarios a los valores de una empresa, los cuales pueden llegar a perjudicarte e impedir que puedas acceder a ese puesto de trabajo al que realmente tendrías opciones de acceder.
No obstante, es importante saber que no siempre es necesario facilitar o aportar estos perfiles a los encargados de llevar a cabo la selección de candidatos y reclutarlos, lo que hace que sean ellos mismos quienes tengan que realizar sus investigaciones. Las redes sociales se tratan de un escaparate para una persona, donde es posible conocer la forma en la que ha actuado una persona y conocer sus pensamientos y actitudes.
Esta oportunidad que las plataformas sociales dan de conocer a las personas es aprovechada en una gran cantidad de ocasiones por parte de los departamentos de selección de personal, de forma que pueden tener más información acerca de esa persona que es candidata a empezar a formar parte de su empresa.
Aspectos que perjudican a los candidatos en Instagram
Muchas personas no se paran a pensar que pueden haber compartido contenido en Instagram u otras redes sociales que puedan hacer que sean descartados de forma automática de un proceso de selección, pero es algo que ocurre con frecuencia.
Hay algunos aspectos que siempre acostumbran a ser motivo de rechazo por parte de los reclutadores, siendo aconsejable, por lo tanto, evitar mensajes o imágenes que puedan vincularse con comportamientos contra las normas sociales, es decir, hablamos de contenidos que tienen que ver con crímenes de odio, racismo, robo, intimidación…., y lo mismo ocurre con los «me gusta» que se puedan dar a ese tipo de contenidos.
Muchas empresas también descartan perfiles por mostrarse en fotos inapropiadas y fuera de tono. Para una empresa es importante que una persona sea sociable y no hay problema en fotos de fiesta, pero sin que esto suponga una pérdida de papeles, ya que esto hará que puedan ser descartados de forma automática del proceso de selección. Por ello, es importante tener mucho cuidado con las publicaciones que se realizan, ya que la imagen puede no mostrar la realidad de lo que está sucediendo, pero si se salta algún tipo de norma social o se encuentran en situaciones inadecuadas, no va a favorecer al candidatos.
Esto quiere decir que hay que tener mucho cuidado expresando en las redes sociales que sean radicales y de odio, ya que ninguna empresa quiere a personas conflictivas. Asimismo, hay otro aspecto importante en el que muchas personas no recaen y es que se deben cuidar las comunicaciones por escrito, evitando las faltas de ortografía.
Todo ello puede llevar a una empresa a descartar a un candidato a pesar de que en el aspecto formativo pueda encajar perfectamente con su propuesta. La clave es que haya una coherencia entre la imagen personal y la profesional, y se debe tratar de trabajar las redes sociales para mostrar una imagen apropiada y que ayude al posicionamiento en el proceso de selección.
Cómo influir de forma positiva en los reclutadores de personal
El uso de Instagram de forma adecuada puede ayudar a la hora de potenciar la imagen de un candidato a un puesto de trabajo, pero también hay que ser consciente de que puede hundir la reputación o cerrar muchas puertas de futuro. Por este motivo es fundamental reflexionar antes de postear algo que pueda afectar al terreno personal o profesional en el futuro.
Se debe pensar que todo lo que se sube a las redes sociales tiene permanencia en el tiempo y la vida es muy larga, por lo que se deben tener precauciones a la hora de publicar contenido en las redes sociales. De hecho, es posible aprovechar esta presencia social para mejorar la imagen de cara a un proceso de selección.
Por ello es importante compartir fotos e imágenes en los que haya una buena comunicación, manejo del lengua, cercanía, vocabulario…, además de mostrar aficiones, gustos…, pero sin caer en asuntos que puedan ser polémicos o puedan llegar a hacer que una empresa pueda dudar si contratarte o no para que pases a formar parte de su plantilla.